Los procesos populistas en Brasil y Argentina.

Desde el punto de vista económico que se dio a fines de siglo, muchos políticos y analistas consideran que el periodo de post guerra fue una oportunidad malgastada[1], alejándose del camino  de la prosperidad y bienestar de los países desarrollados. Sin embargo, el modelo de desarrollo adoptado fue exitoso en lo referente al crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) y del producto industrial. Las opciones tomadas estaban condicionadas por las posibilidades y restricciones del período de postguerra.

En este ámbito EE.UU. realizó el diseño de la economía mundial, a través de los acuerdos de Bretton Woods y las instituciones creadas (FMI, Banco Mundial). Existió preocupación por desarrollar las economías europeas por lo cual se aplicó el Plan Marshall, pero la región latinoamericana no vio beneficiada, ya que no era una prioridad para el gobierno estadounidense.

En la mayoría de los Estados latinoamericanos se observo la presencia de un “Estado interventor” en la actividad económica y en las relaciones obrero-patronales, desarrollando un importante sector productivo en manos estatales. Fomentaron la “sustitución de importaciones” a través de medidas de políticas económicas, proteccionismo a los artículos de consumo y beneficios para los bienes de capital, créditos, subsidios, incentivos fiscales, tipos de cambio múltiples. La estrategia fue exitosa, las economías latinoamericanas tuvieron un importante crecimiento.

 

Algunos países buscaron desarrollar la industria metalúrgica y química para la aplicación militar, Getulio Vargas señalo en 1944: “nuestra primera lección de la presente guerra (es que los países militarmente poderosos son los que están) suficientemente industrializados, con capacidad de producir dentro de sus fronteras los materiales bélicos que precisan”[2]. Otro sector de especial importancia para los gobiernos fue el petrolífero, la nacionalización de los recursos naturales significó una afirmación de la soberanía nacional,  una fuente de recursos y la retención de capitales que se perdían por la importación. La sustitución de importaciones consistía en una primera fase en la fabricación de bienes de consumo ligeros, seguida por la fabricación de bienes intermedios, de consumo durable y capital. Pero este proceso se vio enfrentado con importantes problemas: mercados nacionales pequeños, altas tasas de protección, escasa innovación tecnológica y empresas nacionales débiles. Esto provocó que a mediados de 1960 se observara el incremento de la presencia de empresas multinacionales, aprovechando la demanda de los mercados insatisfechos y radicándose para evitar el proteccionismo.

Por otra parte, se experimenta un considerable incremento de la población como consecuencia de la aplicación de amplias políticas salud y la utilización de nuevas vacunas y antibióticos. Además se observa el fenómeno de la migración campo-ciudad, que provocó el crecimiento descontrolado de las ciudades.

 

El ámbito laboral también sufrió transformaciones lógicas, la masa proletaria tuvo un aumento significativo, se elevaron las tasas de sindicalización y se fortaleció el rol de los sindicatos en la vida de los países.

El modelo de “desarrollo hacia adentro” estuvo acompañado en el terreno cultural de la afirmación de las culturas nacionales. El crecimiento de la población joven y urbana fue asistido por la expansión de los sistemas educativos, que redujeron la tasa de analfabetismo, también se expandió la educación media y universitaria.

 

Los procesos populistas.

 

El populismo es un régimen político característico de una coyuntura iniciada en 1930 y cerrada en 1950[3] y que se dio especialmente en México (Lázaro Cárdenas), en Brasil (Getulio Vargas), en Argentina (Juan Domingo Perón), y en Chile (Pedro Aguirre Cerda).

La expresión populismo se utiliza a veces con un criterio demasiado amplio y vago, refiriéndose a los gobiernos que por sus objetivos cuenta con el apoyo de ciertos sectores populares[4]. También suele utilizarse como sinónimo de un estado interventor y asistencialista, que controla los servicios públicos, nacionaliza empresas, alienta la industrialización a través de regulaciones, subsidios y proteccionismo, y utiliza el gasto público para la redistribución de los ingresos.

Para el sociólogo argentino Torcuato Di Tella, “este termino se ha generalizado, sobre todo en América Latina, para designar los movimientos políticos con un fuerte apoyo popular pero que no buscan realizar transformaciones muy profundas del orden de dominación existente, ni están principalmente basados en una clase obrera autónomamente organizada (Di Tella, 1989)[5].

 

El populismo se caracteriza por el apoyo de las masa pero poco organizadas; un liderazgo surgido en sectores externos a la clase obrera; existencia de un líder carismático; es una experiencia del la etapa de sustitución de importaciones; las clases obreras movilizadas carentes de organización; tras la muerte del líder los partidos cambian sus características. El populismo latinoamericano surgen como una respuesta de ciertos sectores a la crisis iniciada en 1930, cuando la industria local se expandió al contraerse el mercado exterior; en este contexto puede considerarse.

La ideología populista revindicó la armonía y la cooperación de las clases y un antimperialismo que buscaba reformular la relación de las inversiones extranjeras con el mercado interno.

Los populismos surgen como teniendo a la crisis como condición de emergencia; un segundo aspecto a destacar es la valoración  de la dimensión participativa; además debido al contexto de inseguridad provocaba en las elites el temor a lo inmanejable.

 

El populismo brasileño ó “varguismo”.

 

La imposibilidad del gobierno de Washington Luis para afrontar las consecuencias de la crisis en 1930 provocó su destitución por un golpe de estado. Los militares le ofrecieron la presidencia provisional a Getulio Vargas, quien aprovechó las situaciones para quedarse en el poder, se transformó en el portavoz de la naciente burguesía industrial y se propuso romper con la dependencia agroexportadora. En 1934 se aprobó una nueva Constitución, sin demasiado cambios, que permitía la relección de Vargas. En 1937 el presidente consideró necesario crear una nueva Constitución, disolvía el Congreso y creaba el “Estado Novo”, el nuevo sistema le brindaba un aparato centralizado por el cual podía promover el desarrollo económico y los cambios en la organización; creaba el código laboral que reglamentaba los vínculos industriales; además se establecía la superioridad del Estado sobre el individuo, no se reconocen los derechos y se prohíben los partidos políticos. Pero la nueva política también tenía un lado oscuro en la represión y torturas que sufrieron los opositores; pero luego de la guerra adoptó una postura populista.

La economía dirigida, el control del comercio exterior y la expansión de la industria fueron el camino hacia la revolución tecnológica. Para lograrlo debió recurrir a los préstamos extranjeros, dependiendo de EE.UU.

La confrontación con los liberales y el ejército derivó en que éstos le dieran un  ultimátum, Vargas renunció a la presidencia.

 

En 1950 contando con el apoyo del pueblo, pero con la oposición de los poderosos, las potencias extranjeras y la izquierda, Vargas es electo presidente. En su período de gobierno se destaca la nacionalización del petróleo y la creación de un monopolio estatal (Petrobras); a pesar de ello la economía brasileña continuaba dependiendo de la producción de café.

Finalmente en agosto de 1954, ante una crítica situación de la economía y las campañas en su contra, se suicidó.

 

El populismo argentino ó “peronismo”.

 

En 1943 Argentina pasaba por una situación social con amplias diferencias entra la extrema miseria de la clase obrera y la creciente riqueza del sector agroexportador[6]; la brecha social y económica se había agudizado durante la “década infame” ó “restauración conservadora” (1930-1943) en la cual gobernaron los militares; durante este tiempo se aplicó la ley marcial (pena de muerte), persecuciones, torturas, el fraude, y la clausura de diarios.

En ese año se produce un nuevo golpe de estado por parte de un sector del ejército, en el nuevo gobierno surge la figura de Juan Domingo Perón, que se desempeña como Secretario de Trabajo y Previsión, Ministro de Guerra y vicepresidente hasta octubre de 1945. El peronismo fue una tercera posición entre el capitalismo y el comunismo, sin un programa ideológico definido; forjó su ideología tomando aspectos de Keynes, de la reforma fascista, de los planes quinquenales del socialismo soviético y de otros lideres latinoamericanos como Batlle y Vargas.

Desde su cargo de ministro fortaleció la relación con los sindicatos a través de medidas que los beneficiaban, ganó popularidad entre los obreros y trabajadores aumentando salarios y congelando precios, creó el Estatuto del Peón.

 

Previo a las elecciones de 1945, fue apresado y enviado a la isla Martín García, para sacarlo de la competencia electoral; una marcha de los sindicatos obreros liderados por Eva Perón y sus “descamisados”, el 17 de octubre, logró su liberación. Triunfó en las elecciones de 1946 con un amplio margen (55 %), estableció un régimen semidictatorial y  durante su gobierno aplicó la censura y represión, además de poner el aparato estatal al servicio de la propaganda política.

Se vio acompañado de su mujer, Eva Perón, las cual era adorada por los humildes, encargada de dirigirá la “acción social”, además influyó en la ley de voto femenino incorporada en la reforma constitucional de 1949. La Constitución tenía un carácter social; sostenía el principio de la “justicia social”(que suplanto a la “caridad”); derechos de trabajadores, mujeres, ancianos y niños; y establecía que los minerales, las fuentes naturales de energía y los servicios públicos pertenecen al Estado.

 

El proyecto económico de Perón proponía una alianza entre la burguesía industrial y los obreros; se pasó de una industrialización espontánea sustitutiva  a un proyecto industrialista planificado por el Estado. el peronismo redistribuyó el ingreso, estimuló la producción, aumento el empleo en el sector público, invirtió en obras e infraestructura. La industrialización impulsó la burguesía industrial al que pasó a compartir el poder con los terratenientes.

En el orden económico también realizó las nacionalizaciones de los ferrocarriles, teléfonos, el gas, la electricidad y servicios públicos; también aumento el patrimonio de la Flota Mercante y Aerolíneas Argentinas. Durante su gestión la industria aumentó un cien por ciento y los pequeños emprendimientos crecieron más de diez veces[7]. Desarrolló una intensa política social construyendo escuelas y hospitales.

 

Es relecto en 1951, pero con la eliminación de la enseñanza religiosa y la ley de divorcio se produjo la crisis con la Iglesia Católica, uno de los sectores que lo habían apoyado. Además se retaceó el apoyo a la burguesía, se rompieron las relaciones obrero- patronales y las huelgas aumentaron el autoritarismo del gobierno, por lo que el otro apoyo, los militares, lo quitaron del poder mediante un golpe de estado en 1955, Perón se exilio y fue prohibida toda actividad peronista. La herencia peronista radica en que logró integrar la población obrera argentina a la vida política de la nación.

 

 

 

 


[1] Lucas Luchilo, El mundo contemporáneo: historia y problemas. Crítica. Buenos Aires. 2001

[2] Idem.

[3] Idem.

[4] M. Gallego, T. Eggers-Brass, F. Gil.Historia Latinoamericana 1700-2005. Ed. MAIPUE. Argentina. 2006.

[5] Idem.

[6] M. Gallego, T. Eggers-Brass, F. Gil.Historia Latinoamericana 1700-2005. Ed. MAIPUE. Argentina. 2006.

[7] M. Gallego, T. Eggers-Brass, F. Gil.Historia Latinoamericana 1700-2005. Ed. MAIPUE. Argentina. 2006

Deja un comentario

Archivado bajo 1º bachillerato, 6º Derecho

Deja un comentario